miércoles, 25 de enero de 2017


GIGANTOMAQUIA:

 -Causa

Zeus había encerrado a los Titanes en el Tártaro. Gea, su abuela, madre de Cronos y Rea, se enfadó y engendró a los Gigantes, que entablaron combate contra los dioses olímpicos. Higino nombra 24 Gigantes.
Otra versión dice que Gea engendró a los gigantes como venganza contra los dioses junto al Tártaro, creando una contraparte de cada dios.

Preparación
Los dioses olímpicos conocían un oráculo que decía que los Gigantes no podrían morir a manos de los dioses a no ser que un mortal luchara al lado de estos, por lo que Zeus hizo llamar, por medio de Atenea, a Heracles.
A su vez, Gea fabricó un brebaje que impedía también que los Gigantes pudieran morir a manos de los mortales. Al saber esta situación, Zeus impidió que Helios, Selene y Eos se levantasen y consiguió destruir el brebaje.

Enfrentamiento                

La batalla se libró donde habitaban los Gigantes, en Flegra (‘tierra ardiente’) o en Palene. Apolodoro dice que Porfirión y Alcioneo eran los más destacados. Este último, que se había llevado las vacas de Helios desde Eritia, era inmortal siempre que luchase en su tierra de origen, mientras que Homero aporta el dato de que Eurimedonte reinaba sobre ellos.
Los Gigantes llevaron a cabo un primer ataque contra los dioses armados con enormes rocas y troncos de árboles.
Heracles atacó primero a Alcioneo, y lo atravesó con una de sus flechas envenenadas pero tal como el gigante caía al suelo volvía a la vida de nuevo. Siguiendo el consejo de Atenea, Heracles le arrastró fuera de su tierra de origen, y así logró matarle definitivamente. Se dice también que, al haber heredado la fuerza de Zeus, Heracles mató al gigante partiéndole el cuello con las manos.
Porfirión atacó a Heracles e intentó violar a Hera. Zeus lo fulminó con el rayo y Heracles lo remató con sus flechas.
Efialtes murió de un flechazo en cada ojo, uno de Apolo y otro de Heracles.
Cuando Encélado abandonaba el campo de batalla, Atenea lo aplastó con la isla de Sicilia, donde quedó encarcelado. Su aliento de fuego surge del Etna. Según otras versiones Encélado fue muerto por Sileno.

Cada Gigante fue rematado por las flechas de Heracles empapadas en el veneno de la Hidra de Lerna, excepto los que quedaron presos bajo las islas.

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