5. Limpiar los Establos de Augías.
Augías, era un rey de Élide, hijo de Helios, el dios Sol. Este poseía un ganado que nunca se enfermaba, y por tanto no tardó en convertirse en el mejor ganado de toda Grecia. El ganado era protegido por doce toros que resguardaban a los animales de las
El agua se muestra en este trabajo como purificadora, capaz de limpiar toda la suciedad, y hacer que todo este como nuevo. Quizá la similitud más estrecha, siguiendo el camino de la literatura dogmática cristiana, la encontramos en el episodio en el que Jesús lava los
pies a sus apóstoles. Jesús, omnipotente, es decir más poderoso que cualquier humano, muestra su humildad al lavar los pies de sus discípulos, con el único fin de purificarlos, o de otra manera, limpiar con la suciedad. Heracles, un ser mitad divino capaz de completar valerosas y difíciles hazañas, también es comendado una labor que lo disminuye si se quiere decir al limpiar unos sucios establos. Ambos se presentan como héroes que trascienden porque no solo son capaces de resolver hazañas grandes, sino también aquellas que son pequeñas e insignifantes, pero que llevan grandes significados.
fieras del exterior. Además, estos establos eran reconocidos pues nunca habían sido limpiados.
Con el fin de humillar a Heracles, Euristeo mandó al héroe a limpiar estos establos. Este, en un principio constituyó su quinto trabajo. Tal era la cantidad de excrementos, que limpiar los establos en un solo día, como se le había comandado, no solo sería humillante, sino que prácticamente imposible. Sin embargo, Heracles logró desviar los cursos de los ríos Alfeo y Peneo, haciendo que atraviesen los establos y automáticamente limpien toda la suciedad. Augías montó en cólera pues había prometido darle parte de su ganado si cumplía con el trabajo, por lo cual desterró a Heracles del reino. Por otra parte, Euristeo tampoco consideró este como uno de los trabajos porque el héroe fue contratado por Augías.
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