11. Robar las Manzanas del Jardín de las Hespérides
Las Hespérides eran un grupo de hermanas ninfas, habitantes
de una lejana isla, donde cuidaban un maravilloso jardín. Dependiendo de las
interpretaciones se cree que pueden ser las Islas Canarias, Cabo Verde o
Madeira. Estas islas se ubicaban cerca al Atlas (Marruecos). Dependiendo de
cada fuente se habla de tres, cuatro o hasta nueve Hespérides. Ellas eran hijas
de Nyx (Noche) y Erebo (Oscuridad).
Ellas, además cuidaban unas manzanas de oro, que Zeus le había dado a Hera después de su matrimonio. Estas además eran custodiadas por el dragón Ladón. Como undécimo trabajo, Hera comandó a Heracles el robar las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides. Esta labor remplazaría a los dos trabajos donde Heracles fue ayudado o pagado.
Para esto, Heracles capturó a Nereo, dios del mar, para que
le indicara el camino. Sin que le dieran una dirección concreta, acudió a
Prometeo quien le indicó el camino como respuesta a una tortura.
Las formas como consiguió las manzanas varían. La primera
teoría indica que cuando Heracles llegó a donde Atlas, se ofreció a sostener el
cielo por unos minutos si él a cambio traía las manzanas; cuando este regresó,
tenía el deseo de llevarlas el mismo a Euristeo, pero Heracles lo engañó
preguntándole si podía sostener el cielo de nuevo, mientras se ponía su capa, a
lo que Atlas accedió, lo que hizo que el héroe pudiera escapar con las
manzanas. Otras versiones indican que venció a Ladón.
Existe una indudable similitud entre la presencia de
Heracles en el Jardín de las Hespérides, y la de Adán y Eva en el Jardín del
Edén.
En ambos existe ese
concepto de fruta prohibida, que encarna la redención falaz, y la sabiduría
plena.
En ambos existe el símbolo de la bestia que encarna el
concepto de lo prohibido y de la inducción, y por otro lado las Hespérides hacen
referencia al placer. Cuando Heracles visita el Jardín de las Hespérides,
recrea una de las escenas clave del dogma judeocristiano, la "fruta
prohibida", el eje del pecado del mundo, el misterio de lo que no debemos
hacer. Sin embargo, se puede percibir una diferencia constante con lo ocurrido
en la Biblia, Heracles logra vencer al dragón, es decir al pecado y la
provocación, para alcanzar una redención que deja de ser falsa, para tornarse
en algo verdadero.
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