Cuenta la leyenda, que Medusa era una de las tres gorgonas.
Se dice que al nacer, ella estaba cubierta con todos los encantos que alguien
pudiera imaginarse y era admirada, felicitada y alabada por su grandiosa
hermosura, y en especial por sus cabellos. Ella gozaba de innumerables
pretendientes, pero a pesar de todas estas bondades, ella era terriblemente
engreída, tanto, que se atrevió a decir que era superior y más bella que la
Diosa Atenea.
Atenea se enteró de inmediato de los actos de Medusa y sin
mucha demora, la castigó convirtiéndola en una mujer horrible con serpientes en
vez de cabellos, escamas por todo su cuerpo, un rostro desfigurado, colmillos
en vez de dientes, y vivir para siempre con la lengua hacia afuera. Atenea no
contenta con esto, convirtió a sus hermanas (Esteno y Euríale) en lo mismo que
a Medusa*. Para finalizar su castigo, Atenea impuso otro aun peor y era, que
todo aquel que vea la horrenda fealdad de Medusa, sea convertido en Piedra.
Con el pasar del tiempo, Perseo, se organizó para ir en su
busca de Medusa y matarla. Recibió ayuda de la diosa Atenea, quien le dio un
escudo y espada, de Hermes quien le dio unas sandalias voladoras, y de Hades,
que le dio un casco que lo volvía invisible. Perseo atravesó el océano en su
busca y halló durmiendo a Medusa, al igual que todas sus culebras. Se acercó
cuidadosamente a ella sin verla deferente, y con la ayuda de Atenea, movió
tenazmente su brazo y cortó la cabeza de Medusa matándola al instante. Las
hermanas de Medusa, intentaron vengarse de Perseo, pero él escapó sin
problemas.
Se dice que como resultado de la muerte de Medusa nació
Pegaso. Mucho después, Perseo utilizó la cabeza de Medusa para defenderse del
gran Atlas, quien quedó convertido en una montaña.
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